No es más que una rememoración del pasado, un anhelo de lo perdido, a veces la nostalgia se vive como un método de vida, como una escala para la felicidad, como una pose incluso, ya quedan lejos cosas que traíamos, asuntos que nos encantaron, distancias que a lo mejor no se salvaran, o si, quizás si.
Muchas tardes de domingo, muchos sueños rotos y perdidos que quizás se rehagan, tal vez, o tal vez no, siempre lo divino y lo humano, mientras la vida pasa, y debemos de usar a veces la nostalgia, al menos para no olvidar.
P.D: La foto es un recuerdo, un recuerdo bonito e intenso.
5 comentarios:
¿De que me sonara a mi este establecimiento miarma...?
Me encantó ir y compartir con vosotros esas cerves, pero no fue la primera vez, por lo visto yo ya había estado allí muchísimas veces, solo que lo eché al olvido no sé por qué razón.
¡¡¡Santo lugar!!!
¡¡¡Cruce de caminos!!!
¡po cógeme el p....., papá!
Mira niño, te viá pegá un koski, que no te van a querer ni en el tanatorio.
Nostalgia de coroneles y soldados de pavías, de poemas en servilletas y faltas de ortografía en los azulejos...
Aún recuerdo un artículo de Paquiño Correal, sobre el Rinconcillo, último bastión que queda en pie en Santa Catalina, donde los Claveles ya no se abren, los Caballos se han mudado a la calle Sol... y hasta El Tremendo, ha sufrido la legislación que nos prohibe disfrutar de una cerveza bajo el sol de la injusticia (frente a los antiguos juzgados)...
Tómate dos coroneles sin respirar, y preguntate si en vista de lo que se ve desde el Rinconcillo cualquier tiempo pasado fue mejor...
Allí me encerraba yo a ver la vida pasar...
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