 Alguien decía que el sepia es el color de los recuerdos, mi trabajo, el pasado domingo de Ramos me llevó a tu puerta, se abrieron de par en par y un reguero blanco, surcó la Feria; entre el tramo de nazarenos, el naranja de los guardabrisas del Señor del Silencio, inundó las naves de San Juan de la Palma, allí me acordé de ti, no se si era el dorado del paso, que compartía tono con tu pelo, o el tono de miel, que emergía de la luz de las velas, sólo se que me acordé de tí, de lo que ya sentía por tí y de lo que no me atrevo a que sepas; mientras Amarguras sonaba en el aire, el eco de tu sonrisa se clavó en mi corazón como el incienso atravesó la feria buscando la Alameda
 Alguien decía que el sepia es el color de los recuerdos, mi trabajo, el pasado domingo de Ramos me llevó a tu puerta, se abrieron de par en par y un reguero blanco, surcó la Feria; entre el tramo de nazarenos, el naranja de los guardabrisas del Señor del Silencio, inundó las naves de San Juan de la Palma, allí me acordé de ti, no se si era el dorado del paso, que compartía tono con tu pelo, o el tono de miel, que emergía de la luz de las velas, sólo se que me acordé de tí, de lo que ya sentía por tí y de lo que no me atrevo a que sepas; mientras Amarguras sonaba en el aire, el eco de tu sonrisa se clavó en mi corazón como el incienso atravesó la feria buscando la Alameda
lunes, 19 de noviembre de 2007
Recuerdos
 Alguien decía que el sepia es el color de los recuerdos, mi trabajo, el pasado domingo de Ramos me llevó a tu puerta, se abrieron de par en par y un reguero blanco, surcó la Feria; entre el tramo de nazarenos, el naranja de los guardabrisas del Señor del Silencio, inundó las naves de San Juan de la Palma, allí me acordé de ti, no se si era el dorado del paso, que compartía tono con tu pelo, o el tono de miel, que emergía de la luz de las velas, sólo se que me acordé de tí, de lo que ya sentía por tí y de lo que no me atrevo a que sepas; mientras Amarguras sonaba en el aire, el eco de tu sonrisa se clavó en mi corazón como el incienso atravesó la feria buscando la Alameda
 Alguien decía que el sepia es el color de los recuerdos, mi trabajo, el pasado domingo de Ramos me llevó a tu puerta, se abrieron de par en par y un reguero blanco, surcó la Feria; entre el tramo de nazarenos, el naranja de los guardabrisas del Señor del Silencio, inundó las naves de San Juan de la Palma, allí me acordé de ti, no se si era el dorado del paso, que compartía tono con tu pelo, o el tono de miel, que emergía de la luz de las velas, sólo se que me acordé de tí, de lo que ya sentía por tí y de lo que no me atrevo a que sepas; mientras Amarguras sonaba en el aire, el eco de tu sonrisa se clavó en mi corazón como el incienso atravesó la feria buscando la Alameda
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2 comentarios:
Preciosa foto.
No pensé yo que, cuando te salude disimuladamente bajo mi antifaz en la puerta de San Juan de la Palma, tus pensamientos fuesen por esos lares mi querido amigo, estas hecho un poeta y un sentimental...
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