
Y mira que busqué imagenes que asimilaran un hexaedro a la vida real; y mira que mi alumno Sergio necesitaba asimilar esas cosas que nacen en la tercera dimensión. Sólo había que cruzar la zona de Abades y mirar Sevilla con cercanía. Allí estaba, delante de mi, en una ventana. Ya no tengo a aquel alumno. Y ahora tengo la explicación real de lo que es un hexaedro, gracias a esas entrincadas calles por las que tanto suspira este Canónigo.
5 comentarios:
Mira que salgo ya para la playita, pero me he tenido que parar a darte la enhorabuena por esta foto inmensa.
Un abrazo, Canónigo de mi arma, para los dos.
Ostras Sr. Canónigo, he tenido que rescatar mis libros de Carrera Soto para ver lo que era un exaedro, igualico, igualico que el de la foto.
Un saludo en perspectiva cónica.
Algunos como es tu caso, no están gordos, es el corazón el que no les cabe en el exaedro.
La foto maravillosa de un maestro. Genial, rey, como siempre.
¡Qué buena Antoñito!
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